Los adenomas hipofisiarios son tumores generalmente benignos localizados en la silla
turca, aunque pueden haber tumores invasores que se extienden más allá dificultando su
tratamiento.
La silla turca es una estructura ósea que aloja la glándula hipófisis y que como su nombre lo dice cuando es vista lateralmente asemeja una silla de montar caballo. La importancia de esta estructura es que tiene mucha cercanía con estructuras neurovasculares muy importantes.
Esta relación es crucial ya que el crecimiento de un tumor hipofisiario causa frecuentemente la compresión de los nervios ópticos produciendo un defecto visual caracterizado por pérdida de la visión periférica. En algunos casos invasores el crecimiento de estos tumores puede invadir el seno cavernoso invadiendo los nervios que permite la movilidad de los ojos.
El Dr. Diego Méndez Rosito es miembro de la Pituitary Network Association.
Los síntomas de los pacientes con adenomas de hipófisis se pueden dividir en 2 grupos
Síntomas por compresión de un macro adenoma de hipófisis
Síntomas por alteraciones hormonales
Síntomas que se presentan en el caso de adenomas productores de hormonas
Adenomas productores de hormona de Crecimiento o Acromegalia
Adenomas productores de ACTH o Enfermedad de Cushing
Los adenomas hipofisiarios se originan de la glándula hipófisis o pituitaria. Esta glándula tiene la función de producir, regular y distribuir hormonas de forma coordinada con el hipotálamo. De acuerdo a una evaluación endocrinológica del perfil hormonal se pueden diferenciar dos grandes grupos de tumores:
Dentro de los adenomas productores los más frecuentes son:
El diagnóstico de los tumores hipofisiarios se hace mediante una resonancia magnética cerebral/hipófisis con medio de contraste intravenoso (gadolinio).
Existen micro adenomas (menores a 1 cm) y macro adenomas (mayores a 1 cm). La estrecha relación con estructuras neurovasculares es muy importante para determinar la posición de los tumores pituitarios.
Los macro adenomas, por su estrecha relación con los nervios ópticos, tiene mayor posibilidad de desplazar estos nervios y producir síntomas al paciente.
Es importante completar el diagnóstico con una tomografía de senos paranasales para poder determinar las características de la silla turca y del sistema nasal del paciente.
El perfil hormonal es mandatorio al estudiar un adenoma de hipófisis con el cual podemos determinar el exceso o deficiencia de producción de hormonas.
Debido a la alta frecuencia de los defectos visuales se sugiere hacer siempre una campimetría visual para poder documentar el defecto visual.
El tratamiento de los adenomas puede ser multidisciplinario de acuerdo al tipo de tumor diagnosticado. Existen 3 modalidades de tratamiento
-Tratamiento Médico:
Este puede ser con medicamentos orales o inyectados los cuales tienen como objetivo el control temporal del exceso de producción de hormonas en el caso de los Adenomas Hipofisiarios Funcionales.
En el caso de prolactinomas la respuesta al tratamiento médico es especialmente favorable.
Cirugía: video de tratamiento de adenomas hipofisiarios (ver video)
La cirugía tiene el propósito de:
– diagnosticar el tipo de tumor enviando una muestra a patología
– resecar o quitar la totalidad del tumor o accesiblemente seguro
La gran mayoría de estas cirugías son a través de la nariz por un abordaje conocido como Endonasal Endoscópico. Este procedimiento se realiza a través de las fosas nasales accediendo hasta la silla turca.
Una adecuada técnica de microcirugía con profundos conocimientos anatómicos y funcionales son vitales para éxito de una cirugía.
La extensión de la cirugía va depender de la localización del tumor. Se usan diferentes tecnologías para mayor seguridad del paciente. Es importante hacer un adecuado plan quirúrgico para la prevención de riesgos como en el caso de las fístulas de líquido cefalorraquídeo.
Radioterapia – Radiocirugía (ver video):
El tratamiento complementario con radioterapia es importante en el caso de los adenomas hipofisiarios que recurren después de una cirugía. Es muy importante que este remanente de tumor se encuentre a una distancia considerable de los nervios ópticos u otra estructura neurológica para la prevención de un daño inducido por la radiación.
La radioterapia funciona con la aplicación muy precisa de altas dosis de radiación directamente en el tumor. Esta radiación se aplica por medio de múltiples haces que convergen en un punto muy preciso al delimitar el tumor.
Esta radiación actúa a nivel de DNA de las celulas tumorales alterándolas para prevenir que se continúen replicando de manera anormal.
Existen 2 modalidades generales para el tratamiento en estos pacientes:
La radioterapia es aplicada por un equipo de especialistas formado por neurocirujano especialista en radioterapia o por un radio oncólogo además de físicos médicos quien en en conjunto analizan el objetivo y evalúan la mejor alternativa de tratamiento.
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